En ocasiones, nada raras o singulares, y de forma especial en familias con enorme apego, que han disfrutado de una comunicación, de un contacto, rico y con escasos límites, surgen este tipo de dudas, en cuyo trasfondo subyace el deseo del encuentro con la perfección, además de la evitación del sufrimiento a nuestros hijos. Que estudien cómodamente, y que no estén muy lejos para poderlos visitar. Es una actitud normal, que esconde cierto egoísmo, porque los padres, con enorme influencia, además de en los hijos, piensan en ellos.

Nosotros, de acuerdo con Gardner, disponemos de alrededor de treinta y cinco inteligencias, lingüística, matemática, numérica, espacial… cuya suma nos da la inteligencia, o capacidad de aprender, de entender, de cuestionar y discernir, de tomar decisiones razonadas, de diseñar nuestro camino, de distinguir aquello en lo que nos sentimos bien, de lo otro, que no nos complace; dominamos nuestros actos, somos artífices de nuestro comportamiento, la conducta surge del discernimiento, de entre lo que nos conviene, de lo que no nos conviene, la inteligencia nos hace sentir seguros, con raíces, no injertados, nos integramos en cualquier lugar sin esfuerzo, cualquier lugar no nos es extraño, lo aceptemos o no, pero lo reconocemos, es como si hubiéramos nacido allí, nada nos perturba, ni nos inquieta, sabemos sus causas, o nos las imaginamos y siempre, siempre nos dirigimos hacia la homeostasis, hacia el equilibrio, hacia la paz. Además, todos o la inmensa mayoría, con excepción de superdotados o deficientes, poseemos una inteligencia parecida, capaz de hacer las mismas cosas, es un cuento que nace de la deformación, cuando decimos que aquel hijo puede ser lo que quiera, y este sin embargo no, todos podemos hacer todo, porque todos los programas se han diseñado para que cualquiera les puedan superar. Ello al final significa, que cuando dudamos en hacer una u otro cosa, lo hacemos, porque una nos puede costar más esfuerzo que otra, pero todas las podemos hacer.

En cuanto a que universidad, todas nos ofrecen determinados programas, y cuadro de profesores, además de medios técnicos suficientes para conseguir la formación que deseemos. No entramos en la discusión del ranking de las universidades, porque sería hacer complejo lo simple, nos tenemos que quedar, en que si una universidad nos ofrece un título, detrás de ese ofrecimiento, está el equipo humano responsable para impartirlo, con la formación que realmente se exige, en definitiva sabe y puede impartir el área de conocimiento dicho. Unas universidades ofrecen muchos títulos y otras menos, esto no va en detrimento de nada, quizás las que oferten más, estén más masificadas, y algo que impresiona de positivo, puede resultar al final negativo. De todas formas, y partiendo que cualquier universidad, puede con total solvencia impartir lo que ofrece, es bueno observar la ciudad, su medio de vida, lugares de estancia, si tiene buen hospital, el área donde y como se desarrolla el ocio, es necesario, y cada día se cuida más el departamento deportivo, están naciendo actividades deportivas varias, que es imprescindible tener en cuenta, porque el día es largo, y si se aprovecha ha de tenerse tiempo de cultivar un deporte, desde fútbol, escalada, montañismo, senderismo, baloncesto… incluso actualmente se está dando importancia, que la tiene y mucha, la posibilidad de formar una grupo de teatro, esto para la timidez, y para las personas con alta sensibilidad, les da la seguridad que no tienen.

En definitiva, muchas de las dudas que surgen a propósito de la pregunta que se hace en esta exposición, están alrededor de los intereses de los padres, que con la mejor intención desean seguir desplegando su influencia, enmascarando este deseo, con el hecho de que son jóvenes y nos necesitan, “jamás se han sentido solos, y Dios sabe que puede ocurrir en este mundo”. Craso error, nada más llegar tendrán multitud de personas jóvenes en su alrededor, que estarán en su misma situación, de cierto miedo, inquietud y temor, pero aderezado por la ilusión y la esperanza, además de la juventud, de unos virtuosos años que “pueden todo”, más que retener, ser freno, anímeselos, son los mejores, valen para todo, son especiales, incluso ideales, que vuelen, que experimenten, que tomen en sus manos sus vidas y la amen, además de que se lancen hacia un futuro previsible, ordenado, rico en contactos, participativo, plegable a los acontecimientos, porque hacemos simplemente lo que queremos, lo que hemos deseado, lo que nos gusta, esto es el mejor motor, para mover mucho tiempo  nuestras vidas. ¡Adelante!

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2023